Bondad y Maldad

Nuestra visión incompleta de la vida hace que sea difícil discernir lo bueno de lo malo. La autora Radha Burnier examina la rectitud en varios aspectos y la relaciona con los graves problemas ecológicos por los que atraviesa el mundo actual. 

Una base de Rectitud

No hay nada bueno ni malo, se dice, sobre ciencia y tecnología; sólo es el uso que los humanos hacen de ellas lo que hace que sean buenas o malas. Lo mismo puede decirse de las facultades y funciones de nuestra conciencia, lo cual puede que sea el por qué el óctuple sendero buddhista utiliza la palabra recto antes de cada frase –lo cual resulta muy sugestivo.

En el nivel más material radica la cuestión del significado correcto del modo de vivir. No es censurable ganarse la vida; la mayoría de la gente se ve impelida a trabajar para su sostén. Sin embargo, algunas tradiciones han enseñado que para subsistir toda persona tiene que trabajar. Por eso la usura era condenada, e incluso prestar dinero con interés era considerado reprensible. Muchos ricos del mundo no trabajan, pero desperdician sus vidas en frivolidades y en placeres sensuales, porque el interés monetario fluye. Otros hacen dinero por medios crueles, la guerra, estafando y muchas otras actividades que no pueden clasificarse como «rectos medios de vida«. Sobre todo esto surgen preguntas: ¿es que cada persona no debería realizar algún trabajo –físico, mental, artístico o espiritual– para el bienestar de los demás y no solamente en beneficio propio, aparte de abstenerse de causar daño?

Luego está «la recta creencia«. Se dice que creer es un grillete o impedimento para buddhistas y para otros. Pero las creencias son de muchas clases y no pueden condenarse en general, porque existe algo como la recta creencia, por ejemplo, la creencia basada en la razón. Una creencia razonable sirve como base para muchas acciones y relaciones benéficas. Ni una sola persona sabe realmente que el sol saldrá mañana, pero lo sabemos asumiendo una base de razonamiento y experiencia. La suposición se incluye como medio válido de cognición en algunas escuelas filosóficas. ¿Es lícito creer que nadie es honrado, aunque uno no pueda saber en absoluto si lo es? De hecho ni siquiera lo sabemos de nosotros mismos. Bajo una gran tentación, o en un estado de apuro, ¿cuántos de nosotros puede jurar ser absolutamente honesto? A pesa de todo, la creencia razonable en la integridad de otra persona parece estar justificada. Depende mucho de lo que nosotros queramos significar por creencia.

De manera que hay creencia recta y creencia equivocada, y también pensamiento recto y pensamiento equivocado. Hay personas que piensan que los seres humanos jamás pueden llegar a ser altruistas; por lo tanto, el egoísmo se acepta como norma. Ese modo de pensar implica repudiar la posibilidad de desarrollo de la humanidad de acuerdo con una línea espiritual y moral. El recto pensar puede relacionarse con la creencia en la bondad – oculta tal vez, pero con todo en el corazón de todos los seres vivos, con poder de florecer gloriosamente. Un mundo de tipo diferente y nuevo, vibrando en las relaciones entre los seres humanos y con toda la Naturaleza con toda posibilidad sólo puede conseguirse con el pensamiento y la creencia de que el bien conquistará al mal, y no a través del cinismo. El pensamiento es una facultad. Una facultad que necesitamos utilizar correctamente para obtener resultados benéficos y no dañinos. No puede prescindirse de ello.

La imaginación es el vuelo del pensamiento. Todos nosotros construimos un concepto de nosotros mismos, es decir, una imagen propia. Pero la propia descripción –»yo soy esto» o «yo no soy aquello»– se cristaliza tan fuertemente que somos incapaces de liberarnos de esta forma de pensamiento particular. Es persistente, se concreta durante un largo período de tiempo, y ciega nuestra percepción. En cambio, la imaginación es una facultad muy valiosa. No parece que los animales la tengan. Si un compañero animal, especialmente de otra especie, sufre dolor, raramente evoca una respuesta en el mundo animal. Pero cuando los humanos vemos a otra criatura, humana o no, que sufre, nuestra imaginación nos ayuda a comprender lo que experimenta el otro. Sin imaginación no podríamos sentir compasión. Esa clase de imaginación es necesaria para ser humanos. Necesitamos utilizar la imaginación para comprender el sufrimiento de los pobres, las ansiedades de la vida sin recursos para el mañana. Imaginándolo, se siente compasión y surge el deseo de ayudar tanto como podamos.

Otra clase de imaginación es la del artista o el poeta. Un arquitecto imagina un edificio que todavía no está construido. Un poeta ve en imaginación más de lo que otros pueden ver, y puede estar más cerca de la realidad que una persona sin imaginación. La imaginación puede ser un puente cuando se utiliza correctamente, entre donde estamos y la verdad. A través de la imaginación podemos tratar de captar algo del amor puro de un ser carente de egoísmo, iluminado, lo cual se convierte en una forma de meditación. ¿Qué amor es aquel en que no existe un interés propio, que no está limitado sino que es universal, que continuamente se abastece a sí mismo? El amor no se gasta cuando se da. Siempre está lleno. La meditación con imaginación puede aportar la belleza de ello a una persona y puede atraerla más cerca de la belleza, de la grandeza y de la pureza, igual que el sol atrae al girasol. De manera que podemos crecer como crece la flor, sin ambición, ayudados por la recta imaginación.

La recta memoria o recto recuerdo (samyak smirti) traducido a menudo como atención, también es importante. Son numerosos los recuerdos de los que deberíamos desprendernos, por ejemplo, el recuerdo de las palabras hirientes que alguien u otro ha pronunciado. Cuando nos sentimos heridos somos incapaces de olvidar un incidente, porque seguimos pensando en ello y alimentando el agravio, esto no es una recta memoria. Puede que el daño proporcionado no sea realmente tan malo, porque en un momento de precipitación o de excitación a menudo se da un paso en falso. Puede ser que la otra persona haya dicho o hecho lo que no intentaba decir ni hacer. Si seguimos guardando esas cosas en nuestra mente, la cargamos y dañamos a los demás. ¡La recta memoria es el recto olvido!

Por otro lado, muchos de nosotros aceptamos sinceramente los grandes principios de la vida que en nuestros mejores momentos consideramos como la verdad. Aceptamos sinceramente el principio de la fraternidad, de la unidad. Cuando lo olvidamos, nos estamos contradiciendo a nosotros mismos. Sin embargo, desarrollando esa clase de recuerdo o de atención que llamamos cuidado, gradualmente, cuando estamos al borde de hacer algo egoísta, acude a la mente el conocimiento de que esto no es la verdadera fraternidad. Entonces la falta de egoísmo perdura durante un tiempo. Hay personas que recuerdan mucho de lo que leen; incluso hacen una exposición de las notas y de la información que poseen para impresionar a los demás. Cuando la memoria se mezcla con el deseo de parecer superior, no existe recta memoria. De modo que hay recta memoria y memoria errónea. Hemos de pensar en profundidad sobre lo que es correcto y lo que no lo es, particularmente en nuestra relación con la gente.

Cuando nuestras facultades se utilizan correctamente, se traducen en recto pensar, recto creer, recta acción, recta memoria y recto lenguaje. Abstenerse de hablar puede resultar más fácil que hablar adecuadamente. Hay personas que han permanecido en silencio durante años, sin llegar por eso a ser más sabios. El recto lenguaje significa decir lo que es necesario y provechoso. La rectitud es un gran don, con el que debemos sentirnos beneficiados, con la ayuda de la recta memoria, del hecho de que hay una manera recta y otra equivocada de utilizar nuestras facultades y poderes.

¿Solución o desaciertos?

Nuestra tierra parece estar más afligida por los problemas creados por el hombre que por los problemas de la naturales. No cabe duda alguna de que la Naturaleza aderezará los enormes problemas creados por los seres humanos. Ella tiene el poder de equilibrar la balanza, pero sólo lo hará a su propio ritmo. Mientras tanto los mismos seres humanos no parecen descubrir remedios efectivos para la devastación que producen. De la misma manera que la cura es algunas veces peor que la enfermedad, las soluciones a menudo se convierten en el punto de arranque de nuevos problemas. Vamos a considerar algunos de ellos.

Se han pronunciado diferentes pareceres sobre los cultivos y las plantas genéticamente modificados. Algunos creen que la pobreza y el hambre pueden ser erradicados por la pericia de la ingeniería genética del hombre. Otros piensan que algunas o muchas de las nuevas especies genéticas serán la causa de la irreparable distorsión del ciclo ecológico. Ninguna planta o criatura existe independientemente de las otras formas de vida. Una nueva variedad de peste resistente podría afectar seriamente las vidas de las mariposas, las abejas o los pájaros que cuidan de la polución, la dispersión de las semillas y otras tareas. ¿Qué es lo holístico y lo sensato a hacer?

El agua es crucial para la supervivencia de todas las diferentes formas de vida. Pero las condiciones climáticas están siendo cambiadas por las actividades humanas, y la escasez de agua se experimenta en una vasta área del mundo. Las causas pueden ser muchas, no sólo el cambio climático, sino también el aumento de población y la excesiva demanda de alimentos para el sostén de una vida que está basada en tener continuamente más –más comodidad, más artefactos y más objetos, más comida en la dieta, etc. etc.

En Bolivia, un intento de suplir el problema mediante la privatización del suministro de agua sólo agravó la escasez de los pobres. De manera similar, una solución altamente controvertida se está intentando llevar a cabo para suministrar agua a Delhi, cuya solución se teme que enriquecerá a compañías privadas y contribuirá a la comodidad y a la riqueza de algunos ciudadanos, mientras que quedarán perjudicadas comunidades locales a lo largo de la ruta cruzada por el río Ganges. Según la señora Vandana Shiva, especialista en esas materias: «El Ganges está siendo transformado de un río de vida a un río de muerte, lo mismo por las detestables consecuencias ecológicas… y de desviación, tal como la desaparición del Ganges en la Hardwar and Western UP está demostrando«.

En esos casos, proyectos aparentemente beneficiosos probablemente están aduciendo una solución de los investigadores que no tiene nada que ver con el bienestar humano. No se sabe que haya escasez de sólidos comerciantes disfrazados de filántropos. Soluciones inadecuadas o equivocadas también pueden ser generadas por hombres y mujeres que son sinceros, pero que entienden poco sobre sus propias limitaciones, al enfrentarse con situaciones complejas imposibles en el mundo de hoy.

Un reciente artículo de The Guardian Weekly informa sobre una nueva solución para el espinoso problema de la eliminación de la basura que invade las siempre crecientes conglomeraciones urbanas del mundo. También las áreas rurales, donde inmensas cantidades de animales son recluidos en nombre de la reproducción científica moderna, están produciendo una vasta cantidad de «basura». Se nos dice que: «Hay una máquina en alguna parte de América que virtualmente puede convertir cualquier tipo de basura –desperdicios de un matadero, de llantas, de chatarra de ordenadores– y convertirlo en aceite de gran calidad, en agua mineral más limpia y pura, todo en unas cuantas horas. Es un invento que podría cambiar el mundo».

El proceso consiste al parecer en destruir el material y convertirlo en substancias primarias, que es lo que la tierra ha estado haciendo durante edades según su propia fórmula ancestral. Se dice que una nueva planta va a ser preparada para «transformar 200 toneladas diarias de tripas, picos de ave, sangre y huesos desde una planta procesadora cercana en 10 toneladas métricas de gas y 600 barriles de aceite». Tanto el gobierno de EE.UU. como los inversores dicen estar interesados en este nuevo proyecto no solamente para solucionar las enormes cantidades que representan el problema de la basura, sino también para satisfacer la necesidad de aceite de los americanos.

¿Será ésta una verdadera solución? O bien fomentará más la codicia del lucro –mediante el encierro de más animales para machacarlos en las factorías o para participar en otras actividades nada éticas que generarán karma con la aparición de enfermedades o desesperación? Nadie lo sabe.

Proceder temerariamente sin entender la vida como un conjunto y sin captar su significado parece ser la veloz trayectoria sin salida o el camino hacia el desastre.

(The Theosophist, diciembre 2003)