Amigos, el 29 de diciembre de 2015, nos ha dejado Joy Mills. Respetada, querida y admirada mentora que ha contribuido desde hace tantos años a la labor teosófica en todo el mundo.
La profundidad de su saber, sus conocimientos y su inspiración han sido para muchos de nosotros la señal indicadora de la dirección a seguir en nuestro camino personal.
Nos deja un legado vastísimo de reflexiones y de pautas para que podamos seguir investigando sin desfallecer.
Los que tuvimos el privilegio de conocerla de cerca nos sentiremos un poco más huérfanos en este plano físico. Sin embargo, sabemos que su obra, fruto de una vida enteramente dedicada, en cuerpo y alma, al servicio de la Sociedad Teosófica sin desfallecer jamás, nos seguirá acompañando siempre.
Joy Mills seguirá siendo para nosotros un faro y un ejemplo perfecto de lo que podemos llegar a alcanzar si nos lo proponemos. Ella inicia ahora una etapa en la que, estamos seguros, seguirá trabajando incansablemente, como siempre hizo, por la Teosofía, desde los planos internos.
Sirvan estas palabras como sentido homenaje a una de las mentes más claras y privilegiadas de una generación de Teósofos que supo regalarnos el ejemplo de su vida y de su amistad.
Descanse en paz.